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martes, 5 de julio de 2011 | By: Luis Alberto Medina Huamaní

De burradas y mamarrachos: César Vallejo y Clemente palma; contra los sacrílegos y los simplistas

César Vallejo, en 1917, envió uno de sus poemas a don Clemente Palma, el intelectual y crítico más importante de aquella época, en Lima. Le respondió  don Clemente palma a César Vallejo: "Nos envía usted un soneto titulado El poeta a su amada que en verdad lo acredita a usted para el acordeón o para la ocarina antes que para la poesía. Sus versos son burradas más o menos infectas y que hasta el momento de largar al  canasto su mamarracho no tenemos de usted otra idea sino la de deshonra de la colectividad trujillana, y que si descubrieran su nombre el vecindario haría lazo y lo amarraría en calidad de durmiente en la línea del ferrocarril de Malabrigo".

He aquí el poema "mamarracho", la "burrada de César Vallejo", "la deshonra de la colectividad trujillana", en términos del citado crítico, hijo del monumental y enciclopédico Bibliotecario Mendigo, don Ricardo Palma:

Poema El Poeta a Su Amada
(de César Vallejo)

Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.

En esta noche clara que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso.

Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.

Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos;
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como dos hermanitos.


Mario Vargas Llosa habla del "poder de la palabra" y de "la palabra del poder". El primer caso, groso modo, es la influencia que alguien ejerce en la colectividad a través de la palabra; lo segundo, es  el discurso del poder (político, económico). Según esto, don Clemente Palma, ha sido en su época un hombre de poder: poseía el "poder de la palabra" (a propósito de la cita con la que iniciamos este texto); sin embargo, César Vallejo hizo caso omiso de este poder: se ha mostrado siempre fiel a sus convicciones y ha respondido alturadamente a las más crudas e irrespetuosas críticas... y ¡por fortuna!: siguió con lo suyo... ¿El resultado? Ahora podemos enorgullecernos e hinchar los pechos en el Perú y en el mundo por tener a Vallejo como poeta universal.

La intención  no es menospreciar la obra de Clemente Palma (muy poco difundida y hasta olvidada por las mayorías, ciertamente -lo cual no viene al caso en este particular asunto... aunque puede ser un motivo para volver la atención hacia él); la intención, decía, es el siguiente: notar que Clemente Palma, como un hombre de poder, como figura intelectual, como crítico literario influyente, se equivocó con César Vallejo; fue duro e injusto con él...

Este no es un artículo de investigación que pretende analizar a profundidad el debate Vallejo-Palma. Hoy me dirijo, sobre todo, a quienes no  han leído al poeta universal; incluso a quienes lo han leído pero sin haberse detenido a pensar, profundirzar y reflexionar a propósito de su obra, en general. Traigo a colación este asunto, para muchos Palmistas espinoso, por la siguiente razón: existe en el Facebook muchos portales y usuarios célebres y valiosos, muy poco usuales en el mencionado medio; estos son quienes generan temas de interés cultural, literario, político o social: la crítica, el debate, la polémica, el intercambio de ideas (unos alturados, otros lamentables) -lejos de frivolidades-; aunque también los hay algunos  furibundos, vulgares y otros que bordean en los límites de la ignorancia. Fue en uno de estos espacios del Facebook  que volvió a resonar las hoy citadas palabras de Clemente Palma: hubo algunos que le dieron la razón: interpelaron a los seguidores y amantes de la obra de César Vallejo (y decimos obra, no solo poesía, porque Vallejo es también narrador, pensador y político). Algunos usuarios que apenas habían leído unos pocos poemas suyos, y otros que apenas habían escuchado hablar de él, arremetieron contra "el club de fans" e interpelaban a los usuarios defensores: ¿Quién es Vallejo sino un poeta tristón, cuya poesía resulta hasta repugnante?¿Cuál es el núeclo de su poesía?¿Cuál su esencia?¿Por qué tanto discurso, tanta aclamación, tanto asombro si, al fin y al cabo, no es César Vallejo, en realidad,  un gran poeta como todo el mundo pretende que lo es?¿Cuál es el discurso subyacente de su obra? ¿Cuál es su propuesta poética?¿Por qué trascendió tanto entre muchos otros poetas incluso mejores que él?¿Quién entiende a César vallejo?¿Quién entiende a sus seguidores? Seguramente todos los que leen su poesía terminan tan tristes hasta el punto de querer suicidarse... En fin.

Ante este tipo de comentarios respondimos, entre otras cosas lo siguiente, :
César Vallejo no es solo un poeta "tristón", depresivo; definitivamente esta visión simplista de su poesía sí que es "depresiva". Si queremos entenderlo,  recurramos a su obra narrativa y poética... ¿Queremos encontrar el núcleo de la poesía suya? Encontraremos muchos núcleos. ¿Queremos buscar el discurso subyacente de su poesía? Allí están Los Heraldos negros, Poemas humanos, Trilce, España aparte de mí este cáliz... ¡Qué fácil decir que Vallejo es el poeta tristón, el poeta del dolor humano, que Vallejo es un poeta triste y depresivo!.

El poema "Masa", solo por citar un ejemplo, fue/es leído por muchos como un poema simple y muy triste. "Masa"es un canto a la humanidad, es un canto universal de la unidad, de la hermandad, la colectividad unísona entre humanos; en él ha ganado la hermandad, la solidaridad, el amor al prógimo (¿no es una noble causa?). Sí, en lugar de guerra, paz, hermandad; en lugar de individualidad, universalidad; en lugar de uno, todos. Sí, en lugar de muerte, vida... Es algo que quiso Vallejo, al menos lo soñó y nos lo hizo saber através de este poema.

 Paco Yunque, por escribir otro ejemplo,  fue menospreciado en su momento porque fue leído como un cuento demasiado triste; porque no entendieron el discurso subyacente através del cual Vallejo intentaba representar los problemas sociales que aquejaban al Perú de ese entonces. Para ello usó una magnífica y precisa metáfora: el aula de una escuela. No entendieron que intentaba denunciar aquellos problemas que incluso hoy persisten: allí está el discurso subyacente: la lucha de clases, la denuncia de la injusticia social, el abuso de poder...

¡Qué facilismo y falsedad decir que todos los que leen a Vallejo se derprimirán! Leamos al Vallejo modernista de Los heraldos negros; junto a Rubén Darío y al poeta uruguayo Julio Herrera y Reissig. Leamos al Vallejo vanguardista de Trilce, que en términos de Roberto Paoli es el mayor libro de la poesía vanguardista postbélica en el mundo (¿será así?), este es el Vallejo que ha saltado al mundo junto a T.S. Eliot (La tierra baldía) y James Joyce (Ulises) en 1922. Sí: Trilce, con su gramática caprichosa, sus arrebatos contra las sintaxis convencional, haciendo decir a las palabras lo que ellas no podían decir; con los temas recurrentes de la cárcel, la tristeza (sí la tristeza), la soledad, la ausencia de la madre, la vida cotidiana en la provincia, en el campo; todo representado de una maravillosa forma: caprichosa y original.... Leamos al Vallejo experimental y político de Poemas humanos y España aparta de mí este cáliz, en los que manifiesta su firme compromiso y defensa de la República española (como muchos intelectuales y artistas comprometidos de todo el mundo), allí encontraremos al Vallejo que experimenta y explora lo humamno... ¿qué es lo humano sino esa fragilidad dolorosa?¿No existen en el mundo la miseria, el dolor, el hambre, la muerte, las guerras...? Finalmente, ¿no estamos solos en el mundo? ¿Está prohibido hablar de esos temas?¿No hay allí temas que trascienden toda humanidad y toda noción de temporalidad y espacialidad? Lo humanamente sufrido, la búsqueda de la justicia social, la nostalgia por la tierra, por la familia, por la patria, el dolor pòr la muerte... ¿no son  también trascendentales? Pues allí está César Vallejo... ora estremeciendo el alma con sus Heraldos negros, ora asombrando con sus sintaxis, ora enterneciendo con sus nostalgias y recuerdos, ora hincando y fuerte al imaginario colectivo y a la sociedad con sus Poemas humanos, ora invocando a toda la humanidad a ser más humanos... en fin; y etc...

Finalmente, para quienes no lo han entendido o leído, allí están en las librerías y en las bibliotecas públicas y privadas la bibliografía sobre la obra y vida de César Vallejo... quien quiera conocerlo y quien intente apreciar y tal vez aprender de lo que otros descubrieron en Vallejo solo tienen que ir en búsqueda de la información.

PD. Aquí dos peomas suyos:

Los nueve Monstruos

Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tanta cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!

Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.
Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rosseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!

Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es verticalal
pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.

El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar...

Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más).
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálid

a a la nieve, al sol tan ardido¹!

¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.

Masa
Al fin de la batalla,

y muerto ya el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
"No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...

César Vallejo
España, aparta de mí este cáliz [1937]

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos. Me he topado con tu referencia al pequeño debate que se generó sobre Vallejo en la pág. de P.I. y la recuerdo muy bien, yo participé.
Sobre el asunto, Palma/Vallejo, aporté algunos datos que pueder mirar en P.I.
y bueno, para aclarar algo más.
Vallejo no fue trujillano, Trujillo fue una de sus residencias más fijas al inicio de su oficio como poeta. A Vallejo se le puede llamar Liberteño, y nació en Santiago de Chuco, una provincia serrana de la Libertad, igual que Trujillo.

Saludos.

Luis Alberto Medina Huamaní dijo...

Hola Prix Cruzado. Recuerdo también tu participación. Gracias por el comentario: tienes razón: Vallejo no es exactamente Trujillano; enmendaré la falta.
Gracias y saludos muy cordiales.

Anónimo dijo...

Saludos desde Trujillo, Luis.

fernando dijo...

Es cierto! A Vallejo quizás es difícil entenderlo, exige mucho al lector, y en estas épocas que nadie lee!. Pero lo puedes sentir...no entiendes los neologismos o anacronismos que usa, pero te rasga el alma! Saludo tu pagina amigo!