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lunes, 8 de agosto de 2011 | By: Luis Alberto Medina Huamaní

¿A DOCE DÍAS DEL CAMBIO DE MANDO: “honestidad es la diferencia”?

"Primero vinieron a buscar a los/ comunistas y no dije nada porque yo no era comunista/. Luego vinieron por los / judíos y no dije nada porque yo no era/ judío./ Luego vinieron por los sindicalistas/ y no dije nada porque yo no/ era sindicalista./ Luego vinieron por los/ católicos y no dije nada porque yo era/ protestante./ Luego vinieron por mí pero,/ para entonces, ya no quedaba nadie que/ dijera nada".
Martin Niemöller(1892-1984)

 Pastor protestante encarcelado por los nazis desde 1937 a 1945



¿Los días felices se terminaron para los lobistas y la derecha cavernaria? Nos preguntamos a doce días de la asunción del nuevo gobierno. Los días que sucedieron a la segunda vuelta fueron poco más que aburridas, salvo la especulación, el “temor” de cierto sector empresarial, presiones por parte de la prensa que se había asociado con el fujimorismo; cierto aire de incertidumbres y el escandalete en torno al Presidente electo, provocada por el caso Alexis Humala. En fin, son estas historias ya venidas a menos. Ahora estamos viviendo una realidad que nos concierne a todos: el panorama político actual.

El circo de chanchos, vacas y brujas que gestaron en el Congreso el 28 de Julio contrastó con el posterior mensaje presidencial que destacó por su tono conciliador y, seguramente (para decepción de propios y extraños), nada provocador ni mucho menos transgresor (salvo el episodio de la mención a la Constitución de 1979) que provocó el vergonzoso escándalo de la bancada fujimorista que terminó con la sanción de la congresista Martha Chávez. Este acto circense contrastó, también, con la fiesta popular que se vivió en las calles limeñas, principalmente en el Centro Histórico que se vistió de colores vivos de todos los rostros del Perú con un pasacalle multicolor y polifónico en homenaje al nuevo gobierno y, por la noche, una verbena popular nutrida de muchedumbres sedientas de este fervor nacional.

El gobierno que se instaura en el poder encuentra un país que se ve amenazada por la crisis económica mundial y algo fragmentado en sí mismo: polarizado en dos mitades; por esto mismo, tiene un enorme reto: cumplir con las promesas electorales, enfatizar su lucha por disminuir las brechas económicas (menos pobreza, menos discriminación, menos corrupción; más igualdad, más justicia, más educación). Deberá generar un gobierno de concertación que promueva el bienestar general (que todavía no se ve: lo observamos muy débil, nada decisivo; tal vez con cierta incapacidad para liderar, dialogar y lograr un consenso y una concertación nacionales).

Cambiar el modelo económico, mantener el crecimiento económico y trabajar por la inclusión social son algunos de los retos iniciales; por otro lado, construir los hospitales que hacen falta, las carreteras y los ferrocarriles que integren las regiones de norte a sur, de este a oeste; generar y lograr la integración económica, social y cultural; generar los mercados para los productores agrícolas. Evitar los baguazos mediante el diálogo en lugar de esperar que haya carreteras tomadas, muertos y heridos; garantizar el orden constitucional, las libertades, la independencia y la autonomía de las instituciones o entidades públicas y privadas, respetar las decisiones e independencia de los poderes del Estado, luchar contra la corrupción, porque la “diferencia de este gobierno será la honestidad”.

Todo esto a su tiempo, debidamente planificado, consensuado y sustentado, hasta allí todo va bien: el tiempo nos dirá si nos equivocamos o no; sin embargo, hay muchas críticas que viene recibiendo este gobierno a doce días de haber asumido el mando (¿ya nos vamos desgarrando las vestiduras?). Una serie de actitudes al parecer desatinadas han generado el malestar en cierto sector de la clase política y viene generando algún malestar en parte de la población. Nos referimos a casos como la designación de Eduardo Roy Gates (abogado defensor de los Sánchez Paredes, Rómulo León y los Sánchez Alayo) como Asesor Jurídico de Palacio de Gobierno y Adrián Villafuerte como asesor presidencial y su consecuente “militarización” del aparato de gobierno (Véase al respecto a Álvarez Rodrich: “Reclutadas, todos los hombres del presidente Ollanta Humala” y Fernando Rospigliosi: Aprendiz de montesinos”… ambos en el diario La República, 07/08/11).

Estemos atentos. No intentamos ser alarmistas y mucho menos agitadores: un ciudadano bien informado, crítico, vigilante y asertivo es lo que el país necesita… hacia ello apuntamos. Pero cabe lo siguiente: ¿será posible que quienes, desde la perspectiva de su profesionalismo defendieron a corruptos y narcotraficantes, asesoren debidamente, con imparcialidad, profesionalismo y ética al Presidente de la República en materia de lucha contra la corrupción, el narcotráfico y la inseguridad ciudadana? Nos preguntamos – si hay gato encerrado, tal vez sea mejor que lo descubramos ahora.
Por último, en nuestro país no se rinde cuentas. Sería un craso error, una caricia, un guiño al alanismo que amenaza con volver el 2016, no investigar los casos de corrupción y crímenes de lesa humanidad en el primer y segundo gobierno de Alan García: debe rendir cuentas, como todo funcionario público. Si se deja pasar por alto, o se comete algún tipo de error (quiero decir si este gobierno fracasa y se llena de corrupción, mediocridad, insania), entonces, el más beneficiado será Alan García y el aprismo: tendrá las puertas abiertas de par en par para hacerse del poder por tercera vez. Esperemos que ello no suceda: el hombre del ego colosal nunca más debe volver al poder y etc.

Notas: Aquí les dejo fotografías que retratan espontáneamente cada momento del colorido pasacalle que alegró el jirón de la Unión, la plaza San Martín y la plaza de Armas, el 28 de julio: http://luismedinaimagenes.blogspot.com/