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miércoles, 28 de enero de 2009 | By: Luis Alberto Medina Huamaní

La leyenda del ÁRBOL HEMBRA..


Navegaba en estos días en la Web, buscaba si por allí aparecía un poema que escribí hace algún tiempo y que colgué en alguna página que ya ni recuerdo -esto sucedió antes, incluso, de conocer a las ents (personajes mitológicos de la saga de El señor de los aillos-. El poema, erótico, representa la imagen de un árbol hembra, un árbol sexuado y terrible; no se me ocurrió mejor idea que titularlo "Árbol Hembra". Me topé, en estos días -decía yo- para gran sorpresa mía, con esta historia grandiosa (que, originariamente, nada tiene que ver con el poema mío, pero que se realaciona con él de un modo tan imprecionante): la leyenda de un árbol hembra tan erótica -y no solo erotizada como en el caso del poema mío- que quiero compartir con vosostros.
Aquí va entonces la mencionada leyenda, con una fotografía espectacular e increiblemente verosímil:
(te invito, además, a leer el poema del que hablo, líneas más abajo)

De antiguo es conocida la gran capacidad de adaptación de los árboles a las condiciones medioambientales más adversas. Ya desde Felipe II, que taló media España para construir una invencible flota de navíos que acabaron en el fondo del mar, la barbarie humana no ha cejado en su hostilidad contra la naturaleza. Otrora, las grandes masas forestales, los inmensos y tupidos bosques de sombra imperecedera fueron desertizándose debido a la tala indiscriminada, dando paso a paisajes yermos y esquilmados, donde la vegetación era cada vez más escasa. Los árboles crecían aislados, cada vez más distantes, haciendo dificil su reproducción y su supervivencia. Pero la madre naturaleza, que ante todo es madre, viendo el escarnio y la locura de los hombres ideó un plan para que los árboles no murieran en tamaña soledad. Asi nació el árbol hembra, único en su estirpe, con un mecanismo semejante a las plantas carnívoras inferiores, dotado de una enorme vagina en su corteza, dispuesta a aprovechar la proteina animal.
Así las cosas, el principal problema ahora consistía en buscar la víctima propiciatoria. Consciente de ello, el árbol hembra eligió para su emplazamiento una ruta de pastoreo, y esperó paciente a su presa. No tardó mucho en llegar a la zona un tal Juan de Avellaneda con su rebaño de ovejas. Era mediodía y el lugar era ideal para el descanso. Mientras las ovejas pacían tranquilamente, Juan se fue a echar la siesta a la sombra del árbol, en el lado limpio del tronco, sin darse cuenta de la enorme vagina que acechaba a su espalda. Mientras dormía, las ramas cercanas se extendieron sujetándole brazos y piernas. Juan despertó aterrado, pero ya era demasiado tarde, ya estaba inmovilizado. Pidió socorro, pero aparte de sus ovejas, que huyeron despavoridas, nadie podía oirle. Fue girado por las ramas hacia la enorme y resinosa vagina. Las ramas mas finas se extendieron y sacaron su pene con cuidado de no dañar el preciado tesoro y lo incrustaron en la voraz vagina. Juan fue ordeñado meticulosamente, sus testículos fueron vaciados en una enorme agitación de hojas, hasta que el esperma del pastor se mezcló con la savia y fecundó el árbol.
Al terminar, las ramas soltaron al maltrecho pastor. Juan intentó salir corriendo, pero al dar dos pasos notó que sus pies se hundían en la tierra y sus dedos se estiraban enraizándose. Algo le habia inoculado el árbol que se volvió rígido. Sus ojos se tornaron blancos y de su cabello brotaron diminutas hojas rojizas. Se habia convertido en hombre árbol.
Con el tiempo, el acontecimiento fue conocido. Visitaron el lugar expertos botánicos que decidieron bautizar a tan extraño especimen de árbol hembra con el nombre científico de "castanifolia vaginalis". Con el desdichado pastor, poco pudieron hacer, salvo extraerle algunas muestras de su rugoso tejido corporal, ya que cada vez que intentaban sacarle del suelo, sus raices sangraban. El lugar fue vallado y asi surgió la leyenda del árbol hembra.



24/01/2008 23:53 Autor: lascivo. #.
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Autor: columna

Es que la naturaleza es sabia.
Creo que fue el mismo reyezuelo el que de Aragón que era un enorme sabinar desieto, lo que conocemos hoy por Los Monegros.
Ahora nos toca pensar, que nos sucederá con el cambio climático,¿nos convertirán en arena para garantizar la costa de las playas o tal vez los tiburones nos nos metan por el culo el chapapote que andanos dejando?.
Dale un beso de mi parte al árbol hembra cuando lo veas otra vez, pero eso sí, asegúrate de que está dormido.
Fecha: 25/01/2008 18:27.


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Autor: Luis Alberto Medina

Vaya... buscaba de casualidad en la red si aparecía por allí el poema que escribí hace algún tiempo, titulado, precisamente, árbol hembra y he aquí la sorpreasa que me llevo: existe una leyenda del árbol hembra (la fotografía está imprecionante.... Os invito a leer el poema: "Sentada, de espaldas bajo una gota de lluvia/ bella y terrible árbol hembra/ cabellera verde rizada de hojas"
Fecha: 26/01/2009 15:30.