Vuelves de los ríos y
las cordilleras
Vuelves de los cantos
de la tierra madre
Hueles a jazmines a
cántaros y tulipanes
Bella, suave, clara, nube, cielo.
Fuiste la maraña, la
fuerza, las altas torres no construidas
Hielo atravesado por
rayos de luz sonora y taciturna
Verde fui a tu lado y
olvidé que también vivía
Y cómo bailaba la
vida de gozo junto ti
Mientras caminabas
conmigo, te amé mares de montañas
Hombres y automóviles
morían entonces detrás de ti
Y yo gozaba fuego a
fuego tras cada mirada tuya
Luego tuviste que
partir y yo tuve que perderte
Fuiste luz negada,
metralla asesina, cuchillo acerado;
Ahora, el silencio es
un vacío lleno de tormentas solitarias.
L.A.
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