El 2010 ha sido un año bueno; aunque sin mayores acontecimientos. Ha sido el año de la calma, la reflexión y la productividad. Sin enfermedades que sufrir, y tampoco pérdidas que lamentar, en cuantoconcierne a mi persona. Ha sido el año en el que volví a las aulas universitarias; lo que ha significado una etapa de nuevos aprendizajes y lecturas más que provechosas que me han llevado a nuevas y profundas reflexiones y críticas: repensar lo que significa la educación en el país, repensar sobre la importancia de la calidad de la enseñanza: ¿qué es educar?, ¿por qué educar?¿para qué educar? ¿cómo educar? ¿en qué educar? ¿a quién educar?...
La universidad es siempre un lugar de encuentros y desencuentros; de sueños, de amores y desamores; es la protagonita de debates, diálogos e intercambio de experiecias y vivencias: algunos ilustres, otros respetables y muchos inútiles y hasta absurdos. Sin embargo, y me apena decirlo, la universidad también es la protagonosta de una lamentable e innegable realidad: hay mediocridad en sus aulas, y lo digo por las universidades públicas (muchas de la privadas no están exentas de esta responsabilidad) mala infraestructura, pésima calidad profesional en los docentes, corruptela y estupidez. Ni qué decir de la mediocridad en las aulas de las escuelas y colegios del Perú: profesores sin mayores aspiraciones personales, rudimentarios, conformistas, abandonados, mediocres; alumnos con problemas conductuales, conformistas, desmotivados; padres de familia desinteresados, desinformados, ajenos; que asisten pasiva e indiferentemente a la formación buena, mediana o mala de sus hijos...
Pero también es el año en el que bebí menos y frecuenté menos a las amistades y las reuniones sociales. Esto me ha permitido más tiempo para estarme conmigo mismo y llevar una vida ordenada y entregada al trabajo, las lecturas y la escritura. “la soledad a veces abruma y te hace pensar en muchas cosas”, me decía una amiga en una de esas pláticas “facebookteras”, efímeras y espontáneas, acordes a los tiempos actuales. "La soledad, la paz, el silencio y la tranquilidad son valiosos y necesarios. Todo depende de cómo lo recibamos y en qué circunstancias" retruqué. Por lo general, necesitamos de espacios propios, personales; necesitamos de más tiempo libre para pensar, para reflexionar y para encontrarnos con nosotros mismo: solo así podemos encontrar nuestro yo interior, solo así nos exploramos y nos exorcizamos; explotamos nuestros demonios interiores, nuestros anhelos; hacemos reflotar nuestras traumas, y exploramos nuestras preocupaciones; vivimos nuestros sueños y deseos más profundos.
Es lamentable decirlo, y lo hago con tristeza, hoy por hoy vivimos en medio del caos, del desorden, la bulla, los ires y venires de todos… Trabajamos para vivir y vivimos para trabajar: esta es la historia personal a la que nos circunscribimos. Afortunados aquellos que trabajan para vivir y pueden vivir plácidamente y sin grandes preocupaciones ni privaciones económicas: ¿el Perú avanza? Seguramente que sí… pero hay que preguntarnos hacia dónde avanza y cómo lo hace.
El año nuevo llega y se va tan pronto como llega. El 2011 debe ser un año bueno y mejor: necesitamos reconocernos en nuestra peruanidad, decirnos peruanos, sentirnos peruanos, pensarnos peruanos… al Perú le falta peruanidad y mucho; lo digo con pena y a veces con el corazón desgarrado y la lacerado por la miseria, la indiferencia, la intolerancia, la desigualdad social, el racismo, el oportunismo, la mediocridad. Son, todos, signos de subdesarrollo que debemos borrar, son signos que en lugar de unir, separan; en lugar de construir, destruyen; en lugar de contruyir.
Finalmente, debo destacar y agradecer a las personalidedes de talla mundial y local que nos han regalado éxitos, reconocimientos, emociones, orgullo, y ante todo: nos han dado claras lecciones de lo que sí podemos y debemos hacer: Mario Vargas Llosa (premio Nobel de la Literatura 2010), Susana Villarán (primera alcaldesa en la historia de nuestra república), Gastón Acurio (máximo exponente de nuestra cocina y culinaria; gracias a él el Perú y nuestra culinaria está de moda y está en el mundo entero), Claudia Llosa, ente muchas otras personalidades de quienes tenemos mucho qué decir y aprender.
No soy de los supersticiosos y de los que hacen cábalas, pero hagamos algo: cojamos lápiz y papel o creemos un archivo en el ordenador y elaboremos una lista de las cosas que debemos hacer, lo que deseamos hacer, cómo quisiéramos ser, nuestros objetivos metas, proyectos y propósitos… y trabajemos el 2011 en función a lo planificado; solo así sabremos objetivamente si hemos logrado o no lo que hemos intentado. No creo en los milagros divinos, pero creo en otros milagros: creo en el milagro de la educación, creo en el milagro del esfuerzo, del logro y la constancias; creo en el milagro de la libertad, del compromiso y la solidaridad! Hagamos milagros con nosotros mismos, con nuestras familias y con nuestras compatriotas!
QUE TENGAN FELIZ AÑO NUEVO Y QUE EL 2011 SEA UN AÑO PRÓSPERO
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